[ bicitácora en eterno borrador ]

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primero desde las montañas de Colombia, del Perú y del Ecuador. después desde la Amazonía toda hasta el extremo oriental brasilero. París. Sarajevo. Y ahora, Delhi..

nota: Las entradas no están en orden cronológico, pero cada una tiene fecha: 'd' corresponde al día de viaje, siendo el primero -el día del viaje- el 'd 0'.

jueves, 31 de enero de 2008

papá roncón. y el camino por el bosque húmedo


d 32 / k 412 viernes 25 de enero*

_casa de papá roncón. borbón, esmeraldas, ecuador

-la picada de raya puede ser mortal-dijo el viejo.Unos segundos después, agregó: -A mí me pucó una.Antes de que pudiera pensar que era un hablador, se levantó el pantalón y nos enseñó una cicatríz a cada lado de la pantorrilla, que revelaba como le había atravesado la pierna con la puya. Desde entonces, y no desde la picada del Duque en Sanquianga, la raya es a lo que más le tememos.

Escucho esto mientras estoy acostado en mi hamaca verde, junto a Pablo en su hamaca azul. Estamos en un recinto grande y alto, con la puerta y ventana abiertas por donde entra una refrescante brisa de la calle. Es el primer piso de su reconocida casa en el pueblo. Acá es el lugar del viejo papá roncón, el rey de la marimba en Ecuador. Es el lugar donde él no sólo fabrica instrumentos, sino que los toca, vende cerveza, descansa, arma sus parrandas, y hace lo que se le da la gana. Ahora está fabricando una marimba, la está afinando, primero los palos, luego los tubos, uno a uno. Los palos los hace con chonta, pero con pambil, la variedad que utilizan en el Ecuador, gruesa y alta (30 cms x 30 mts), a diferencia de la delgada que Gualajo y sus secuaces utilizan en Colombia, de unos 8 cms de ancho.

Coge una de las piezas que está fabricando para este tiple (marimba de tonos agudos que decora), la pone sobre la base y compara su sonido con una tabla del bordón que tiene enfrente (la de los sonidos graves que acompaña). Está más agudo, así que le desbasta un poco de grosor con el machete, hasta que están iguales. Entonces va a la ventana y con el serrucho le quita un poco de largo. Camina a la lija eléctrica y afina toda la pieza. Vuelve a la marimba y sigue con la siguiente tabla. Después de un rato se acuesta en su chinchorro y se relaja un rato. Ahí también fabrica palos de agua (de dos metros de altos) y guasas, copn semillas de achira, las mismas de las maracas.

A papá roncón lo conocí en Bogotá hace unos tres meses, cuando lo invitaron a tocar con Gualajo, el maestro de la marimba en Colombia. Tocaron con las cantaoras Sonia (del Ecuador) y la incrteible Benigna de Guapi. Los oí como 3 veces en una semana. Recorriendo por acá quería visitarlo, pero no pensé que sería su huesped.

De venida a la costa norte del Ecuador nos decían en todas partes que tuvieramos cuidado con la gente, que Lita para abajo es peligroso, pues además de ser "morenos", estabámos muy cerca de la frontera con el peligroso país de Colombia, donde la gente puede matar sin probelma. Hablando con la gente, leyendo, y con el mapa, decidimos dormir en Chuchuví (o Chuchubí, pues la escriben de las dos maneras), un parador sobre un rio de transparente entre un bosque brumoso. De ahí, bajar directo mínimo a Borbón, madrugados, sin parar.

En Chuchuví conseguimos que nos prestaran un quiosco para guindar las hamacas. Descansamos y nos preparamos para la faena que seguía.

Madrugamos como nunca, pero tocó esperar porque el desayuno con tilapía y café aguado se retrasó. Acá el café es un lio, si toman, toman instantaneo con azucar, si lo ciernen (como dicen) lo hacen aguado, y además, es caro. Arrancamos muy rápidop y pasamos volando por las poblaciones de Durango y Alto Tambo, l la más peligrosas, llenas de gente mala. Andamos más rápido y más lejos de lo que sabíamos que podíamos andar. Solo paramos una vez por ahí, porque se estaban soltando todos los tornillos de las parrillas. ¡Mal momento! Después del pacífico colombiano las bicis habían recibido mucho óxido, y yo había oido hablar de un talantioxidante. Compramos y les echamos en todas partes, sin saber que también sirve para soltar piezas atascadas. Y ahora levamos varios días sintiendo como toda la bici se afloja y se desajusta, obligados a "averiguar" (como dice pablo) todo el tiempo como van las piezas. Así, a las patadas hemos ido aprendiendo como funcionan estas burras.

Entonces, con las piezas apretadas, podíamos seguir hasta Las Peñas, a unas dos horas de Borbón, pero yo no podía dejar de buscar a Papá Roncón, estando ya por acá.
Nos rindió tanto que llegamos a almorzar a Borbón, después de noventaitres kms. Llegamos con calambres en las piernas, y con la lengua en el piso.

Entonces buscamos donde dormir. Siguiendo nuestra profunda fe acudimos a donde el padre, pero no nos acogieron. La estación de bomberos era mísera, y la policia igual. Le dije a Pablo que fuéramos a donde papá roncón y él nos invitó, sin que le preguntáramos siquiera.

Él es un viejo de 77 años, sabio y humilde (como los sabios). Aunque está recién operado de la próstata, se ve mucho más joven de lo que es, y sigue trabajando en su oficio, tranquilo. En su casa hay un ambiente familiar, con hijos y nietos. Y con su esposa, que canta mientras él toca guitarra.

Antes de la marimba tocó guitarra, en su juventud, en la época que el pueblo era sano y podía amanecer borracho en un anden con la plata en el bolsillo, pararse, coger la guitarra, el sobrero, y caminar a la casa. Desde que llegó la droga los jovenes han armado pandillas y roban para poder meter más. "Pero acá a mí todos me respetan, en mi casa no tocan nada, y si dicen que se están quedando conmigo, no tendran problemas".

Como cortaron el agua en el pueblo el viejo nos acompaña a bañarnos en el rio, como todo el resto del pueblo. En el pueblo pasan el rio Santiago, habitado por negros, y el Cayapa, habitado por indios Cayapa, los que guardaron la marimba por mucho tiempo después de que los españoles se las quitaran a los negros, y quienes ahora, se las devolvieron. Con ellos aprendio a tocar el papá. Entonces nos lleva a una esquina donde nos dan una empanada de queso y un morocho (especie de avena), y por estar con él, no hay que pagar. Y volvemos a la casa. Es extraño, peor en su casa, por primera vez desde que estoy acá, no me siento en otro país. Gracias Don Queso.
Cuando atardece el deja de trabajar y baja toda la familia del segundo piso, donde está la casa propiamente dicha. Se sientan en el porche a conversar.

Cambiando de tema, hoy estuve a 5 km del río mataje, la frontera con Colombia, y me dio un escalofrío, en este calor húmedo que me tenía empapado. Habría sido rico ir, pero dicen que es muy peligroso, que de un lado del río todo es coca y del otro, nada, "porque al Ecuador sí lo respetan". Evitamos también San Lorenzo, pues parece ser un tumaquito de mala muerte donde se pueden hacer varios paseos a manglares. Pero ya venimos del parque de los manglares y esos paseos por río son muy caros, por la gasolina, las latas, cada lata son cuatro galones, y cada galón a 20 dólares...

La bajada desde lita es una carretera muy buena por entre selva húmeda tropical. Esto hace parte de la biortegión del Chocó. La diferencia esd que hay buenas vías de acceso (Ecuador no le ha dado la espada al Pacífico). Las plantas se cuelan en la carretera y se ven millones de evrdes, unos sobre otros. Vimos hasta tucanes. Poco a poco, aparecen terrenos talados, potreros con vacas y grandes plantaciones de palma africana (a pesar de las discusiones que hubo en el país por las irregularidades en el proceso de aprobación de leyes para esto). En eso se nota la inversión en la región, se ve también mucha teca. tal cual como está pasando en Colombia. Y cada 5 o 10 km un letrero del proyecto de desarrollo rural financiado por la UE, o otros proyectos con el logo de USaid.

No voy a comentar esto para no extenderme más, cierro contando lo que decía un letero en un lugar donde compraban madera aserrada. Anunciaban el "campeonato mundial de aserradores".

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pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/
o en el blog de paul (menos pero más actualizadas) http://hastadonde.top-depart.com/

*transcrito del diario

nuestros patronos



Hace poco, en uno de los viajes que hice antes de salir del todo, tal ves en el llano o en la isla de mompós, entendí la existencia de dios, por primera vez que recuerde desde este escepticismo radical que siempre me ha gobernado. Y entendí, en serio, que dios y todos sus santos sí existen, y no hay que darle tantas vueltas ni complicar tanto este asunto. Pero no existen arriba en el cielo, (que no está allá sino acá en el trópico, pero eso es tema de otro espacio... ¿será que como los demás, con la edad me estoy volviendo religioso?) sino abajo en la tierra, entre nosotros
Los hemos creado y por eso existen. Vi en la gente su existencia, y ahora, la veo todos los días. Inlcuso un día, en San Martín de Loba, Paul (Pablo, San Pablo) se convirtió en uno de ellos, o mejor, lo convirtieron. Supongo que para ellos fue como si Jesus se hubiera aparecido, un man flacuchento, jiposo, de ojos azules, muy azules, pelo largo, y barba de dos semanas. Les cayó como anillo al dedo para la procesión y lo convirtieron en Jesús. Lo dispusieron tal como aparecía en la imagén del calendario que estaba acompañada de un letrero que decía "Jesús en el jardín de los olivos". Lo montaron en una carroza con un ángel (con una niña disfrazada de ángel) igual a la imagen, y decoraron la carroza tal cual, con todos los elementos y los detalles: el vestido blanco con la manta roja al hombro, el árbol detrás (que claro, no era un olivo), la nube de algodón... Pero bueno, ya antes Daniel, el duque, lo había nombrado su maestro, y desde entonces lo es de todos, y nos muestra la Luz.

Desde entonces, y desde siempre, hemos tenido, creado y alimentado santos que nos cuidan y nos acompañan. Han ido apareciendo en el camino, como milagros, y estamos muy agradecidos. Hay unos a los que simplemente queremos demostrarles este agradecimiento. Otros, han sido convertidos en ídolos que acompañan nuestro pan de cada día. Empiezo por estos últimos.

El primero es la Virgen de Guadalupe. Nos la regaló mi hermana antes de salir: a paul un pin que siempre lleva en alguna de sus sucias camisetas, y a mí, una calcomania gruesita que está de timón de mi bicicleta. Ella nos cuida y habla por nosotros por la gente. Esperamos con el tiempo ir coleccionando más dobles suyos.

Después está Don Queso. El fue el que nos brindó el muelle en Amarales, Sanquianga. A pesar de ser tan joven, parecía ser el amo y señor de todo, y de todos. Tanto que los demás lo llaman el alcalde. A nosotros se nos presentó como Don Queso. Va con sus botas de Queso en su imponente lancha por toda la región. Ahora, siempre que estamos en problemas, en sufrimientos, en dolor, o cansancio, le pedimos y siempre sabe recompensarnos, "Gracias Don Queso".

Después está Eustacio, a quien también le pedimos y agradecemos, pero es un poco menos venerado. El nos prestó su taller para fabricar nuestras alforjas (de quienes hablaré en otra ocasión) y nos enseñó a trabajar.

Otra a la que le damos las gracias en el recorrido, en días como hoy, es a la fabi. Quién ademas de a lavar la ropa, mucho nos enseñó en su Cayambe natal, y nos enamoró de los serranos.

Y ahora está la Virgen del Carmen (que es la misma pero diferente que la que apareció en méjico). Esta me acompaña desde el día en que nací y siempre ha sido mi patrona. Quiso que me bautizaran carmelo o josé del carmen, pero no triunfó. Anteriormente ella era quien guiaba a los marineros en el mar, por medio de las estrellas. Ahora, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo. Es fácil encontrar testimonios de sus guianzas a lo largo y ancho del mundo. También es patrona de pescadores, transportadores, marineros y ejércitos en el mundo. Es decir, es la patrona de los que viajan, y a mi me acompaña desde ese 16 de julio en que nací.


Ahora, con quienes estamos muy agradecidos.
Primero que todo, con el profesor Alvaro Moreno Hoffman, quien no solo nos compartió su manera de construir alforjas con bidones de gasolina reciclados (fruto de mucho tiempo y trabajo), sino que nos enseñó a través de su experiencia con la ciclogeografía, su ciclosofía.

Está la familía Peña y el capitán Vargas. Ellos nos hicieron huespedes en sus casas en Cayambe y él en su cuartel antinarcóticos en San Gerónimo. Dieron comienzo a una nueva forma de vida, de viaje, donde encontramos cada día gente maravillosa que además de abrirnos las puertas de sus casas, nos deja compartir con ellos y con sus familias, unos días, y cuando se puede, unas comidas.

Finalmente, en este salpicón de ídolos y gente generosa, no puede faltar la santa madre, quien además de todo, especialmente en este caso quiero recordar tres momentos, tres elementos cruciales en mi vida. Primero, la Monark roja (tenía que ser roja, como todo a esa edad, como el glorioso américa que desde el año en que nací se convirtió en campeón año tras año, casi incluso que hasta hoy) que remplazó al ya superado triciclo en los primeros años caleños. Y ahí también la otra Monark roja que apareció por sorpresa una navidad, después de uno de los días más tristes de mi infancia, cuando me robaron la primera, en la época en que aprendí a manejar son manos. Y por último, por regalarme la primera bici de niño grande, hace 15 años, en lugar de la moto que yo quería (cualquiera, así fuera la más barata). Está bici, recientemente maquillada de amarillo, es la que me ha traído hasta acá. Gracias. Y amen.

como el agua. como el mico *




d 29 / k 303.9

_lita y la bocana, frontera entre las provincias de imbabura, carchi y esmeraldas, ecuador

Cuando menos lo imaginaba, encontré lo que estaba esperando. Después de dos días de pedaleadas duras, por entre montañas gigantes, llegamos al paraíso. Para mí, el paraíso siempre ha sido el trópico, o mejor, ha estado en el trópico, en el trópico latinoamericano. Tiene palmas de banao y de coco y es de todos los verdes, absolutamente exuberante, tiene agua a montones, y es caliente. Generalmente esto implica mosquitos, pero hay paraisos que no tienen tantos. Poco a poco hemos ido bajando de la nieve glaciar del volcán nevado Cayambe, en la línea del Ecuador, hacía el mar, como el agua.

Hemos bajado del glaciar por valles con arroyos, después por enormes montañas áridas con ríos turbios en las profundidades, a los montes cada vez más tupidos de verde.Bajamos de 4800 msnm a 512 en pocos días. Y eso fue pocos días después de haber estado en el mar. La idea sería después, subir a otro nevado, y bajar esta vez, también junto al agua, por el agua, hasta el Atlántico, atravesando la Amazonía.

Lita es un pequeño pueblo afro de madera. Un poco más abajo está la unión de los ríos Lita (limpio y claro) y Mira (que trae la cafe suciedad de Ibarra), junto a una vieja, descontinuada y bien mantenida estación del tren y a unas pocas casas. Anteriormente Ecuador tenía comunicación ferrea, pero ahora solo quedan cortos tramos turísticos y carrileras que poco a poco ceden ante las plantas y el barro. Este tramo de carrilera es alucinante porque va en lo profundo de un valle muy montañoso, atravesando túneles, junto a rios muy turbulentos. En una de esas casas vive Luis, un joven alto, fuerte y muy amable que nos invitó a dormir a su casa y desde el primer momento se convirtió en nuestro acompañante eterno, o mejor, nos convirtió en los suyos, para escapar a su soledad. Pensábamos dormir bajo un techado que cubre un viejo molino que "no usamos porque se necesita la burrita y falta la burrita", pero esta medio podrido, así que insistió en que colgáramos las hamacas en la sala de su casa.

A Lita nos trajo el boca a boca. La mamá de mi tio (que no es mi abuela) vive en Quito. Un día la llamé y no estaba, pero terminé hablando con uno de sus nietos, que estaba con un amigo guóa turístico que se dedica a recorrer el país en bici. El nos mandó a buscar al señor Rosero en Lita, y este, nos mandó a dormir en la estación. Ahí estaba Ñuís. Y así, hemos seguido consiguiendo lugares para dormir en todo el recorrido. Luís nos enseñó la diferencia entre el bananito orito, el filipino y el manzano (el más rico), aparentemente iguales. También nos llevó a donde su mamá a probar la mermelada natural de borojó con jasfui (o yazfru), de lo más rico que he comido.

Ahora, estoy en una piedra sobre el río, sin ropa, secándome al viento, comiendome un banano (como el mico que siempre) y escribiendo.Aunque en principio nos íbamos a quedar solo un día, terminamos quedándonos más con Luís, y cocinamos para él todas las comidas (café, almuerso y merienda dicen acá (si, son eSe)). Ahí, creamos por unos días el Restaurante La Bocana.
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*transcrito del diario

viajar en burra



d 27 / k 197
_ibarra, imbabura, ecuador

Al viajar en bici, cambia totalmente la actitud que uno tiene. Se vuelve uno mucho más responsable. Por un lado, hay que mantener las burras en buen estado, o se paga caro. Hay que hacerles mantenimiento, limpiarlas, aceitarlas, y estar siempre pendiente de ellas. El más mínimo ruido, la más mínima molestía puede convertirse en una catástrofe, o en un dolor de pierna, o en una irritación de la entrepierna, según dicen los más pedaleados. Además, hay que cuidarse más, dormir bien, comer bien, hacer estiramientos. Con todo esto, también cambia el ritmo con el que uno se relaciona con la gente y con los lugares. De repente, uno está en contacto consciente con el cuerpo, con la bici, con el lugar y con la gente, y cambia la manera de percibir el mundo. La gente saluda, invita, ofrece, pregunta, se muere de curiosidad.
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la policia y el karaoke


d 28 / k 262
_ibarra y san gerónimo, imbabura, ecuador

¿Porqué terminé pasando una noche en el cuartel de la policia antinarcñoticos, cerca de la frontera con Colombia?
Después de pasar la frontera caminando, sin máyor control que un sello en el pasaporte, tuvimos los primeros dos encuentros con la policia del Ecuador. El viernes salimos a dar una vuelta por la ciudad. Después de varios días de pueblo, monte y calma queríamos un poco de música y una cerveza. Caminamos varias cuadras, y aunque había movimiento, las opciones eran nulas: o bar karaoke (la sensación en este país), o discotrans con control, o el bar del recuerdo, donde caeríamos dormidos sin duda antes de habernos tomado ni media Pilsener (600 cc.). Ha sido muy dificil la cosa con la música acá. Se oyen las mismas canciones de salsa romántica con voz afeminada, algo de perreo, y vallenato de baja categoria. Han habido buenos momentos, como las bombas en la mitad del desierto bajando de Ibarra, la marimba en casa de papá roncón, y el reggae, el rock y la salsa en Súa, pero me estoy adelantando, vuelvo a su momento. *Así que nos fuimos a uno de los dos parques centrales, que como la mayoría de parques y plazas en Ecuador, están muy bien mantenidos. Compramos dos Pilsener en una de las tantas licoreras que hay en las calles y nos sentamos, como todos los demás, en una banca a tomarnosla tranquilitos. A eso de las nueve y media, empezaron a llegar motos de policias vestidos de negro que se acercaban de banca en banca, e inmediatamente la gente se paraba y empezaba a caminar. Luego llegó un busecito del que llegaron más policias con otros uniformes y así, ante nuestros ojos, iban "limpiando" el parque. Parecía que no estuviesemos porque ni nos miraban. Casi al final ya vinieron que nos teníamos que ir, y al ver nuestra pinta asonante sólo decían "hotel". Nos quedamos perplejos, y después de un rato caímos en cuenta que nos estaban echando, así que les dijimos que apenas llevabamos media cerveza y teníamos que devolver el envase. "Es prohibido tomar en el parque, estamos en operativo, si volvemos y siguen acá, los llevamos presos, ¡hotel!" Accedieron a que nos la terminaramos a los piés de la licorera, antes de irnos a dormir al hotel.
El siguiente encuentro fue totalmente opuesto. Cuando salimos de Ibarra íbamos tranquilos, porqué de ahí, era solo bajar al mar, como el agua, facilito. Nos habían dicho que casi no había subidas. Ya sabemos que el ecuatoriano poco monta en bici y no se eprcata en el bus de las subidas, así que si dicen que no hay subidas, es mentira, siempre las hay, en el peor momento. Además, ní sabíamos bien la distancia que pretendíamos hacer ese dia, y en lugar de salir temprano, hicimos vueltas por la mañana y arrancamos a medio día. Empezamos bajando por una fértil montaña junto a la laguna de Yahuarcocha, y pronto se convirtió en un paisaje de áridas montañas. Después de mucho rato, mucho sol, y muchas más subidas de las que esperábamos, se empezó a volver más verde y húmedo el paisaje, y más caliente. Después de casi setenta kilometros, empezaba a acercarse el atardecer, y estábamos cansados. Además, yo me había pinchado dos veces, que aprovechamos de buen ánimo para dejar de pedalear un rato. Decidimos dormir en el siguiente pueblo o caserio (sin saber qué seguía). Nos han dicho varias veces que en este país uno no debe dormir por ahí, solo, y que en la costa es peligroso andar de noche. De repente aparecio un edificio con aspecto de motel de mal gusto, pero de alta inversión, justo antes de un peaje. Nos acercamos a preguntar y salió un man vestido con uniformado de tonos grises (en Ecuador hay azules, rojos, verdes, cafés, grises...) Era el Cuartel del GEMA, la Guardia Especial Móvil Antinarcóticos. Le explicamos la situación, y este llamo a otro y este a otro, hasta que vino el Capitán Vagas y nos ofreció los cuartos de huéspedes. Claramente accedimos.Nos dieron dos pequeños cuartos y se alegraron mucho de tener huéspedes y de tener alguien diferente con quien hablar. Al otro día nos invitaron a desayunar. Fue una noche inolvidable, en buena cama, cuarto privado, vista a las montañas... Desde esa noche no hemos vuelto a pagar hospedaje, pues siemnpre encontramos gente que nos da posada de muy buena manera.

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*Esto lo escribo la fecha publicado, desde Súa, a partir de anotaciones de mi diario.

domingo, 20 de enero de 2008

Mercado Amazonas


d 27 / k 196.2 *


_ibarra, imbabura, ecuador



Estamos acabando la semana en Ibarra, cerca de la frontera con Colombia. Alistándonos para salir hacia la costa, mañana en la mañana.
Salimos de Cayambe el viernes en la mañana, después de hacerle desayuno a la generosa familia que nos acogió. Decidimos que la mejor manera de retribuir a la gente que nos va dando en el camino es cocinándoles. Así, también, se le da vida temporal a nuestro restaurante, por ahora móvil, que aparece y deja de existir. Ese día se llamó Creperie Cayambe. Crepes de mango y banano, y uvas, café. Deli. Nos quedamos un buen rato con Fabi, una mujer maravillosa con la que compartimos mucho en poco tiempo. Casi no somos capaces de dejarla.
El camino tuvo dos partes, una asfaltada y empinada hasta Olmedo. Dura, con el viento en contra. Pero por un valle hermoso entre montañas gigantes, y sembrados de trigo, papa y maíz. Después empedrara y en bajada. Dura también. Las burras con el peso sufren mucho (¡que viva el asfalto!). Pero fuimos suavecito, y llegamos bien. Era un camino por un valle tambien, entre grandes haciendas que hacen sentir todavía la colonia. Quedo muy claro que la vida no es tan simple como Pablo parrafrasea a Pambelé cuando dice que prefiere bajar que subir, porque también hay pisos diferentes, y el viento a veces está a favor, a veces en contra.
En Ibarra conseguimos un hotel muy sabroso en una casa vieja de patio en el centro. Es una ciudad que aun tiene edificios muy bonitos de la colonia, casas de pastio, iglesias. Y como casi todo lo que hemos visto en Ecuador, unos parque muy bien cuidados, llenos de plantas, flores y árboles. El sábado fue un dia de conocer la ciudad mientras haciamos vueltas para prepararnos para la playa. Estuvimos entre bicicleterias, talleres, lugares de soldadura, talabarterías, sastrerías, afiladores de machetes, ferreterias, tiendas de artículos de cocina (¡ya tenemos colador de café y tabla de cortar!), zapaterías, y en el mercado Amazonas, un mercado popular donde se encuentra todo, lleno de metidos, una pequeña ciudad medieval.
Por la noche íbamos a hacer todos los demás preparativos, pero estabamos cansados y decidimos más bien conocer la ciudad al ritmo de unas Pilsener, enormes cevrezas, y dejar los preparativos para el domingo. Terminamos conociendo la colonia de colombianos que nos compartieron comida, café, y algo más. Fuimos al billar en el pasaje Ibarra, donde todo es colombiano. Por fin buena salsa. Después terminamos convirtiendo el cuarto del hotel en pista de baile.
Hoy fue un día relajado. Dormimos suficiente, super desayuno en el mercado, siesta, y toda la tarde en el parque arreglando las bicis y las alforjas. Después un famoso helado de paila. Y listo, a organizar todo para arrancar mañana hacia Lita, camino de San Lorenzo.


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blog de paul http://hastadonde.top-depart.com/


*desde la salida de bogotá (d=días / k=kilometros en bicicleta)

fotos


Ya poco a poco voy subiendo fotos. Por ahora pueden ver unas de diciembre en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/

latitud 0º 0' 0"




d 24 / k 107.5

nevado volcán cayambe, ecuador

Se me había olvidado, en el Volcán de Cayambe, empezamos simbólicamente el viaje en bici, a 4800 metros s.n.m. en la latitud 0,0,0. El refugio está sobre el Ecuador y este nevado es la altura importante más cercana al Ecuador. Está a unos 3 kms. Es un buen punto para empezar.

jueves, 17 de enero de 2008

chanclas en la nieve


Bueno, caigo en la misma trampa. Toda la semana pensando que quiero planear lo que escribo
acá, organizarlo, redactarlo con calma, y ahora que puedo conectarme es tanto lo que hay que
termino haciéndolo a las patadas, pero bueno, pa que nos vayamos acostumbrando. Esta semana
en Ecuador ha sido impresionante. En 4 o 5 días es como si hubieran pasado semanas. Creo que
mi vida es así, pero ahora que me tomo el tiempo de pensarlo y escribirlo me doy cuenta. En
Otavalo estuvimos dos días caseros, cocinando, lavando, caminando, descanzando, leyendo,
alistando las bicis...Salimos finalmente a Cayambe. Hubo una subido durísima donde llovía, y en la punta un
restaurante donde entramos como locos a comer queso de hoja, bocadillos, bizcochos (esta
región es famosa por ellos) tinto, ponymalta (hay muchísima en Ecuador, muchísimo producto
colombiano) más tinto, más queso, más pastelitos. En medio de este delirio de hambre,
cansancio, frío, vimo sque había otros dos viajeros en bici con nosotros. Un "gringo " (o
inglés, o lo que sea, son casi iguales) gigante, con una coreana seria y diminuta. Estaban
impecables, perfectamente equipados, con unas super bicis y mucho más equipaje del que uno
podría imaginar que se puede llevar en una bici, además de 5 alforjas en la bici y una
maletota en la parrilla, tenían un remolque con un baúl inmenos y una maleta más encima. Más
de 3 veces lo que llevamos nosotros. No entiendo cómo alguien puede llevar tanto. Pero lo
hacían. Pensé que eran un espejismo, y me arrepentí de no haberles tomado una foto. Pero hoy, tomándonos una cerveza en la plaza de Cayambe, un taxista nos habló de ellos y nos mostró foto que les había tomado con su celular. Si existen. No es posible.Hay una cosa buena de viajar en bici y es que no sólo a nosotros nos gusta hacerlo. A la gente le gusta que uno lo haga. La bici llama a la gente. Primero solo nos gritaban por la calle cosas como "bravo amigo" o nos pitaban los carros; la gente saluda, los niños se emocionan. En ese mismo restaurante donde vimos a esos seres, un señor se nos acercó a hablarnos, que de dónde érasmos, que de dónde veníamos, que a dónde íbamos, que hatsa cuando... Y nos contó de una francesa que vive acá en Cayambe y nos dió sus datos.La gente pregunta mucho ese tipo de cosas y es raro no poder contestarles, no saber a dónde, hasta cuando, por donde, tener solo una vaga idea del futuro. Como que no entienden que uno esté viviendo así, los emociona y al mismo tiempo los confunde. Y sí, es raro estar en un momento de tanta incertidumbre. Siempre he sido así, pero ahora, a duras penas sabemos que vamos a hacer mañana. Llegamos a Cayambe y le dimos vuelta la plaza, al parque central. Pablo no pudo convencer al guardia que nos dejara acampar ahí, así que visitamos a la francesa, y Pablo terminó convenciendo a la señora donde ella vive que nos hospedara con un simple "no sabe de alguna casa donde nos podamos quedar? de alguien que le guste compartir con gente de otra parte?" Es un genio. Nos quedamos ahí con una familia maravillosa.Al amanecer decidimos irnos al nevado en bici, ascensión de 2000 metros empedrados. Llevabamos 5 km de los 28 y un señor, neftalí castro, hermano de un fidel, paró y nos preguntó si queríamos que nos acercara al refugio, es decir, a donde íbamos. Claro!Llegamos y hacía mucho frío, y llovía. Habia unos montañistas, de todo el mundo, hiper equipados y nosotros en chanclas y bicis, nadie entendía nada. No habíamos llevado libro por el peso y nos arerpentimos mucho. Pero logramos calentarnos bien, comimos delicioso y dormimos como hace muchos dias no lo hacíamos.Nos despertamos al amanecer y estaba totalmente despejado y pudimos ver los nevados volcanes del cinturón de fuego. Fue un amanecer que compensó por mucho lo que habíamos padecido el dia anterior. Nos bajamos en bici, muy duro, por una trocha hecha para bicis especializadas. lo nuestro es andar y viajar, no el extremo. Cuando llegamos nos encontramos a una pareja que habíamos conocido el primer día. Se alegraron de vernos y nos invitaron a comer en su piuzzería. Un ecuatoriano y una venezolana. Tengo que irme, nos esperan para comer y luego a dormir donde nuestra familia temporal. Mañana nos vamos rumbo a Ibarra, camino a la costa, por una carretera secundaria. A ver hasta donde llegamos.

domingo, 13 de enero de 2008

el viaje







Después de una vuelta increible con muy buena compañía, empieza el famoso viaje en bicicleta con pablo. Después de estar con la familia en San Agustín, me fui para Cali con mi primo, su novia australiana Lucy, mi hermana y Pablo. Maneje 14 atravesando el macizo colombiano. Es un lugar increible, de mont ey monte, y con unos pequeños caseríos en el camino. Como era el 30 de diciembre y se estaban preparando para el año nuevo, nos encontramos con comunidades enteras enmascaradas asustando a los poco s que pasabamos por ahí, y pidiendo algo para la fiesta. Un lugar increible al que hay que volver, el corazón de la montaña y el agua del país.

En Cali me encontré con José, con los dos danieles, Prado, y con vivi. Allá pasé un 31 raro (como todos los de mi vida). Acabé mal el año, pero lo empecé increible, bañandonos en chorroeplata y celebrándole el cumpleaños 80, si no estoy mal, a resfa la abuela de dani. Su nombre tiene las mismas letras de fresa. De ahí salímos corriendo de la ciudad y cambiamos el carnaval de pasto y la cocha por san cirpiano. El rio estuvo increible como siemrpe, pero en el neumatico nos hizo frio y pro primera vez en la vida quise bajarme de un neumático en el rio.

De ahí a buenaventura (primer trayecto en bici) y salimos en el rpimer barco que nos llevara al sur. Terminamso en el charco, un puerto en el rio tapaje que no merece más que el paso. Lo único que encontramos fue irnos a Sanquianga porque a Tumaco estaba dificil. Terminamos en Amarales, una comunidad dentro del parque, entre el pacífico y los manglares. La calidad de vida de esta comunidad de pescadores es algo alucinante. El ambiente, las relaciones. Todo es increible. Conseguimos que nos prestaran un muelle lejos de tierra, como 100 metros dentro del mar. Se llega por un muelle muy largo como de un metro de ancho. En el muelle había una casita con gasolina y un pedazo abierto cubierto donde guardan las malla. Ahí pusiomos las hamacas. Contra el mar, hay un pedazo descubierto donde pusimos la carpa. Aunque hacía frio de noche, era un lugar increible para vivir. Cocinabamos y nos bañabamos. Conseguíamos pescado y langostinos con la gente.

De ahí se separaron dani y prado y seguimos los otros a Tumaco, donde salimos lo más rápido posible. Mi hermana y andrés a pasto y pablo, lucía y yo a Ipiales, Rumichaca y dormimos en Tulcán, primer poblado del Ecuador. Salí del país como belga pro problemas de burocracia entre las dos oficinas de migración. Hatsa este momento las bicis habían montado desde Bogotá en camioneta, bus, barco, lancha, taxi y platón...

En Ecuador nos fuimos cuanto antes a Otavalo de donde fuimos en bici a la laguna de cuicocha, en un crater activo que tiene dos islas en el centro, a 3070 msnm. Acampamos ahí y al otro día le dimos la vuelta. Ya no se puede caminar junto a la laguna, como en el 97 cuando me tomé la foto saltando en bola a la laguna. Entonces nos bajamos a la fuerza, atravezando monte y nos bañamos, tomando de nuevo aquella foto. 11 años después. Como no había camino y si mucho monte nos demoramos 7 y no 4 o 5 horas que dura normalmente la caminata.
Volvimos a Otavalo donde despedí a Lucía, y quedé solo con Pablo, feliz pero con un pequeño vacío. Fue muy bueno que mis amigos del alma poco a poco me acompañaron a irme yendo hasta dejarme en otro país, sino, creo que nunca habría salido de Colombia. Ahora empiezan los planes de recorrer Ecuador, ý más allá.

Espero pronto subir fotos acá o a mi flickr. Ya les contaré.

amarilla [musa paradisiaca]

amarilla    [musa paradisiaca]
"violadora de parajes recónditos, mi [bicicleta] llega adonde no llega el carro o el peatón" (f. vallejo) /

recorrido a través de suramérica [oEste-este]

recorrido a través de suramérica [oEste-este]
actualizado el 29 de marzo '09 en areia branca do rio grande do sul, brasil. recorrido en bici en azul / caminando en negro / en automovil o bus (gasolina) en rojo (el avión por ahora no lo pongo...) en barco por el amazonas azul punteado / paradas a dormir en cuadro negro con punto amarillo (solo sobre el amazonas y brasil. / del ecuador y perú, se pueden ver en entrada antigua (en proceso... como todo)