Ha pasado demasiado tiempo. he sido muy ingrato. No he escirto ni una línea. Ní una palabra. Como si no hubiera vivido. Pero no. Me he dado cuenta que es el síndrome de la estabilidad. Cuando me muevo mucho, escribo mucho, cuando paro, paro... Pero confieso que he vivido. Mucho. Y lo voy a escribir. Todo. O casi todo, que no es lo mismo (afortunadamente).
Sigo viviendo en el barco, pasando noches entre la selva cuando puedo. Sigo en clases de portugues y de motorista fluvial. Sigo esperando mi cámara. Sigo aprendiendo a soñar. Aprendiendo a vivir. Sigo moviéndome, como siempre. Y todo eso tendrá un resultado. Pronto escribo crónicas y desatraso algunas historias. AL menos ya actualice un poco los mapas del recorrido.
Pero los sigo teniendo entre ojos, no hay que dejar de hacerlo.