[ bicitácora en eterno borrador ]
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nota: Las entradas no están en orden cronológico, pero cada una tiene fecha: 'd' corresponde al día de viaje, siendo el primero -el día del viaje- el 'd 0'.
miércoles, 25 de marzo de 2009
josé andrés perea salió de chapinero hace tres anhos y medio
Martes 10 de febrero, 2009 *
d 413
_barco manaus-santarem, amazonas, Brasil
José Andrés Perea salió de su casa en chapinerohace tres anhos y medio caminando rumbo al sur. Desde entonces sigue sin rumbo y sin destino, sin razón y sin sentido, sin papeles y sin amigos. Creo que en el tiempo divagando los perdió todos, uno a uno. Creo. La mayoría del tiempo lo veo en algún rincón del barco, feliz, con cara de ser el hombre más satisfecho del planeta, hablando solo. Me inquieta.
En su equipaje tiene todo lo que uno se pueda imaginar, tanto que me parece imposible que alguien pueda viajar con tanto peso pedaleando. En medio del río nos para una patrulla de los Federales, y él no presenta documento. Sólo da explicaciones en español. No tiene billetera, su única identificación es una carta de la Interpol en Bolivia diciendo que él es él y que no tiene papeles, con fecha de octubre de 2007, tiempo en que yo no había empezado mi viaje.
Está en este barco por que lo echaron de Guayana por no tener papeles y ahora va a intentar entrar por Guyana Francesa. No tiene prisas, él si tiene toda la vida.
La fotocopia de la carta de la Interpol la guarda en un estuche de perfumes que compró en Rio. Una pequenha caja con 120 tarritos de muestra de perfumes. Le hago notar que hay uo regado.
-Mierda, dice mientras saca el envase de la caja, se unta lo que logra rescatar y lo bota a la caneca.
Poco a poco empiezo a hablar con él y descubro que entre sus frases no hay hilo, se pierde el rumbo. Le hago preguntas y divaga sin rumbo. Me divierte. Me crea mucha curiosidad. Me pregunta que cuanto tiempo es o máximo que hemos pedaleado sin coger buses.
-Cuatro meses más o menos.
-No! Yo no he pedaleado ni un mes, siempre monto la bici en los buses.
Ha estado muchos meses en Brasil, pero no sabe nada de portugués.
-No me sale del corazón, dice.
En su equipaje tiene dos carpas muy pesadas, pero casi no las usa. Una porque está muy rota. La otra porque está nueva. Normalmente duerme en las bombas de gasolina pues siempre hay un guarda que lo cuide.
Cuando llegamos a puerto lo están esperando los federales que lo escoltan con su bicicleta a una bodega donde guardan su bicicleta y luego lo hacen entrar en un carro rojo. Esa fue la última vez que lo vi, y quedé para siempre con la duda de su verdadera existencia.
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pueden ver fotos acá (lentamente desactualizadas)
o unas muy pocas en el blog de paul
* del diario
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