viernes 3 de abril, 2009 *
d 465 / k 3997.5
_tibau do sul, rio grande do norte, atlántico nordeste del brasil
Tras varias casualidades que se sucedieron llegamos a Natal, capital de Rio Grande do Norte. Aturdidos por las avenidas congestionadas y los edificios muro, salimos pedaleando a perdernos en el atardecer.
Pensábamos llegar a la primera playa fuera de la ciudad, a unos 20 kilómetros, pero todo resultó siendo un suburbio amaiamizado horripilante que nos dio mucha energia para seguir avanzando, lejos.
Así que entrada la noche seguimos pedaleando, sin esfuerzo, en un estado de fluidez en el que no podíamos parar.
Sin buenas perspectivas seguimos por la carretera urbanizada que recorre el litoral. Pasamos junto al cajueiro mas grande do mundo (marañón), y seguimos de largo. Después de un par de horas se terminó la carretera y se volvió un camino de arena. Nos dijeron que más adelante no había más casas y que tendríamos que esperar a la mañana para pasar el rio en balsa. Así que nos quedamos en la última casa de la costa, con un balcón con vista al mar. Habíamos recorrido tranquilos más de cincuenta kilometros. Estabamos en praia de barreta.
En la mañana hicimos tal trabajo en equipo (yo montado en la plama bajando cocos y pablo abriéndolos) que nos tomamos más de un litro de agua de coco cada uno y comimos hasta quedar hastiados. Ese fue el desayuno, porque además en los alrededores no había esperanzas de conseguir nada.
Entonces la cosa se puso dura, aunque la marea ya estaba baja, el sol estaba alto, y el viento en contra. Tuvimos que empujar las bicis cinco kilometros hasta la balsa, por la arena suave. Ese es el lado oscuro del viaje. Pero bueno, llegamos y la balsa nos cruzó a Tibao do sul, donde conseguimos casa en la playa, almuerzo, ducha y recostaderas para leer toda la tarde en la playa.
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pueden ver fotos acá (lentamente desactualizadas)
o unas muy pocas en el blog de paul
* del diario
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