d 29 / k 303.9
_lita y la bocana, frontera entre las provincias de imbabura, carchi y esmeraldas, ecuador
Cuando menos lo imaginaba, encontré lo que estaba esperando. Después de dos días de pedaleadas duras, por entre montañas gigantes, llegamos al paraíso. Para mí, el paraíso siempre ha sido el trópico, o mejor, ha estado en el trópico, en el trópico latinoamericano. Tiene palmas de banao y de coco y es de todos los verdes, absolutamente exuberante, tiene agua a montones, y es caliente. Generalmente esto implica mosquitos, pero hay paraisos que no tienen tantos. Poco a poco hemos ido bajando de la nieve glaciar del volcán nevado Cayambe, en la línea del Ecuador, hacía el mar, como el agua.
Hemos bajado del glaciar por valles con arroyos, después por enormes montañas áridas con ríos turbios en las profundidades, a los montes cada vez más tupidos de verde.Bajamos de 4800 msnm a 512 en pocos días. Y eso fue pocos días después de haber estado en el mar. La idea sería después, subir a otro nevado, y bajar esta vez, también junto al agua, por el agua, hasta el Atlántico, atravesando la Amazonía.
Lita es un pequeño pueblo afro de madera. Un poco más abajo está la unión de los ríos Lita (limpio y claro) y Mira (que trae la cafe suciedad de Ibarra), junto a una vieja, descontinuada y bien mantenida estación del tren y a unas pocas casas. Anteriormente Ecuador tenía comunicación ferrea, pero ahora solo quedan cortos tramos turísticos y carrileras que poco a poco ceden ante las plantas y el barro. Este tramo de carrilera es alucinante porque va en lo profundo de un valle muy montañoso, atravesando túneles, junto a rios muy turbulentos. En una de esas casas vive Luis, un joven alto, fuerte y muy amable que nos invitó a dormir a su casa y desde el primer momento se convirtió en nuestro acompañante eterno, o mejor, nos convirtió en los suyos, para escapar a su soledad. Pensábamos dormir bajo un techado que cubre un viejo molino que "no usamos porque se necesita la burrita y falta la burrita", pero esta medio podrido, así que insistió en que colgáramos las hamacas en la sala de su casa.
A Lita nos trajo el boca a boca. La mamá de mi tio (que no es mi abuela) vive en Quito. Un día la llamé y no estaba, pero terminé hablando con uno de sus nietos, que estaba con un amigo guóa turístico que se dedica a recorrer el país en bici. El nos mandó a buscar al señor Rosero en Lita, y este, nos mandó a dormir en la estación. Ahí estaba Ñuís. Y así, hemos seguido consiguiendo lugares para dormir en todo el recorrido. Luís nos enseñó la diferencia entre el bananito orito, el filipino y el manzano (el más rico), aparentemente iguales. También nos llevó a donde su mamá a probar la mermelada natural de borojó con jasfui (o yazfru), de lo más rico que he comido.
Ahora, estoy en una piedra sobre el río, sin ropa, secándome al viento, comiendome un banano (como el mico que siempre) y escribiendo.Aunque en principio nos íbamos a quedar solo un día, terminamos quedándonos más con Luís, y cocinamos para él todas las comidas (café, almuerso y merienda dicen acá (si, son eSe)). Ahí, creamos por unos días el Restaurante La Bocana.
_____________________
pueden ver fotos en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/
o en el blog de paul (menos pero mas actualizadas) http://hastadonde.top-depart.com/
*transcrito del diario
_lita y la bocana, frontera entre las provincias de imbabura, carchi y esmeraldas, ecuador
Cuando menos lo imaginaba, encontré lo que estaba esperando. Después de dos días de pedaleadas duras, por entre montañas gigantes, llegamos al paraíso. Para mí, el paraíso siempre ha sido el trópico, o mejor, ha estado en el trópico, en el trópico latinoamericano. Tiene palmas de banao y de coco y es de todos los verdes, absolutamente exuberante, tiene agua a montones, y es caliente. Generalmente esto implica mosquitos, pero hay paraisos que no tienen tantos. Poco a poco hemos ido bajando de la nieve glaciar del volcán nevado Cayambe, en la línea del Ecuador, hacía el mar, como el agua.
Hemos bajado del glaciar por valles con arroyos, después por enormes montañas áridas con ríos turbios en las profundidades, a los montes cada vez más tupidos de verde.Bajamos de 4800 msnm a 512 en pocos días. Y eso fue pocos días después de haber estado en el mar. La idea sería después, subir a otro nevado, y bajar esta vez, también junto al agua, por el agua, hasta el Atlántico, atravesando la Amazonía.
Lita es un pequeño pueblo afro de madera. Un poco más abajo está la unión de los ríos Lita (limpio y claro) y Mira (que trae la cafe suciedad de Ibarra), junto a una vieja, descontinuada y bien mantenida estación del tren y a unas pocas casas. Anteriormente Ecuador tenía comunicación ferrea, pero ahora solo quedan cortos tramos turísticos y carrileras que poco a poco ceden ante las plantas y el barro. Este tramo de carrilera es alucinante porque va en lo profundo de un valle muy montañoso, atravesando túneles, junto a rios muy turbulentos. En una de esas casas vive Luis, un joven alto, fuerte y muy amable que nos invitó a dormir a su casa y desde el primer momento se convirtió en nuestro acompañante eterno, o mejor, nos convirtió en los suyos, para escapar a su soledad. Pensábamos dormir bajo un techado que cubre un viejo molino que "no usamos porque se necesita la burrita y falta la burrita", pero esta medio podrido, así que insistió en que colgáramos las hamacas en la sala de su casa.
A Lita nos trajo el boca a boca. La mamá de mi tio (que no es mi abuela) vive en Quito. Un día la llamé y no estaba, pero terminé hablando con uno de sus nietos, que estaba con un amigo guóa turístico que se dedica a recorrer el país en bici. El nos mandó a buscar al señor Rosero en Lita, y este, nos mandó a dormir en la estación. Ahí estaba Ñuís. Y así, hemos seguido consiguiendo lugares para dormir en todo el recorrido. Luís nos enseñó la diferencia entre el bananito orito, el filipino y el manzano (el más rico), aparentemente iguales. También nos llevó a donde su mamá a probar la mermelada natural de borojó con jasfui (o yazfru), de lo más rico que he comido.
Ahora, estoy en una piedra sobre el río, sin ropa, secándome al viento, comiendome un banano (como el mico que siempre) y escribiendo.Aunque en principio nos íbamos a quedar solo un día, terminamos quedándonos más con Luís, y cocinamos para él todas las comidas (café, almuerso y merienda dicen acá (si, son eSe)). Ahí, creamos por unos días el Restaurante La Bocana.
_____________________
pueden ver fotos en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/
o en el blog de paul (menos pero mas actualizadas) http://hastadonde.top-depart.com/
*transcrito del diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario