martes 29 de abril, 2008 *
d 126 / k 1670
_bus de cuenca a quito, ecuador
Este día era muy esperado. Aunque pensé que iba a conocer lo que Humboldt llamó, hace más de doscientos años, la avenida de los volcanes pedaliando, llegó el día, pero detrás de la ventana de un bus. Conseguí el mejor puesto, del mejor lado para verlos a todos y a la hora perfecta para alcanzar con luz.
Pasé muhco pueblos cholos, con hermosas cholas. Páramos eternos, neblina, frío, lodo, trancones, cierres en las vías, baches... Me acompañaban vallejo y mi mágica cajita blanca de música (¿ah?). Desde los boleros de Celia en Cuba, a Bob Smith cantando a jimi Hendrix. Rap turco, raras versiones extrañas de la estrella de la música jamaiquina, bulerías gitanas, cumbias san jacinetras con acordeón, otras del carmen, de lucho, de alejo durán, gaitas encendidas, currulaos hermosos al ritmo del caminar de la negra barbacoeña, la envolvente marimba guapireña del maestro gualajo, al que no quiere volverse tan loco y al loco de lee perry. Según dice, 167 canciones.
Pero no, afuera solo la niebla blanca. Así que finalmente me dormí. No se iba a ver nada. El sol en el ojo me despertó llegando a Riobamba. Abro los ojos y poco a poco empiezan a desfilar todos, en el atardecer. Primero el Altar (5320), después su rival que lo venció por perro, el Chimborazo (6310), el Carihuairazo (5020) y al final, el humeante Tungurahua (5023). Así,uno a uno desfilando en mi ventana. La carretera zigzagueante me los traía a todos: ora el altar, ora el chimborazo, ora el chuzudo carihuairazo, ora al tungurahua, y así, uno a uno se repetían y se intercalaban en mi ventana. COn los últimos rayos del sol apareció el cotopaxi.
Atravese así, sin pena ni gloria, la hermosa cordillera verde, la avenida del pobre humboldt preindependencia a caballo (¿a caballo?). Ahora, está sucia, toda sucia. Ensuciada con carreteras de cemento y salpicada con casitas feas, casitas sin ninguna gracia, sin relfexión. Pueblos polvorientos, caseríos olorosos a lana. No se sabe cuando empieza una ciudad, cuando el suburbio y cuando es campo. Es todo igual, pero más o menos denso. La panamericana, trayendo el progreso en toda ella, el progreso asesino del encanto, apagador de magia. Pobre humboldt. Si viera. No caballo ni en bicicleta querría recorrerlo. Para mí es suficiente hacerlo en bus.
Montañas sagradas antaño, hoy protituidas, invadidas, profanadas, explotadas. Somos muchos. Todo lo acabamos, lo destruimos, lo consumimos. Así nomás. Sin querer. Así nomás. Sin hacer nada. Así nomás. Asi, ¡no más!
Oscurece. Mando a prender la luz y vuelvo a Roma, Francia, Ingleterra, yendo y viniendo constantemente a Colombia, de la labia de Vallejo.
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pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en
o en el blog de paul http://hastadonde.top-depart.com/
* del diario
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