
En este momento no puedo escribir todo lo que debería escribir. Aún tengo muhco que contar. Llegamos a leticía después de una nostálgica noche en la frotnera, del otro lado, en el perú. Volver a Colombia, a la puntita perdida en la selva ha sido muy bueno.
Estuve una semana con mi mamá en la selva. Estuvimos caminando por la selva, remando por los rios, nadando en los lagos, conociendo las malokas y las comunidades, sus secretos, su magia. Vimos cazar al jaguar, vimos volar los micos, cantar el gavilan...
Ahora estoy viviendo en un barco varado en la orilla del rio. El Tucumá. Un barco increible que tiene ganas de recorrer los rios. Para llegar a él, de la ciudad, del pueblo, tengo que primera otravesar la isla de la fantasía. Pasar por unos pastizales enormes (que el día descubre como arrozales) llenos de luciernagas. Después de una playa que poco a poco comienz a desaparecer, en la orilla de este río amazonas, esta el barco parqueado. Y ahí, por ahora, estoy yo.
Aunque me falta subir muchísimas fotos y textos, la cámara quiso fallar, así que viajo a bogotá a ser curada. Me hace una falta terrible no poder mirar, no pode rcongelar, no poder atraapor ese instante preciso. Por ahora una de bolsillo me contenta, pero no del todo, un contentillo. Además de un curso de motorista fluvial, tendré mucho tiempo para compartir algode lo que me ha pasado. Vuelvo pronto. Un saludo.
Estuve una semana con mi mamá en la selva. Estuvimos caminando por la selva, remando por los rios, nadando en los lagos, conociendo las malokas y las comunidades, sus secretos, su magia. Vimos cazar al jaguar, vimos volar los micos, cantar el gavilan...
Ahora estoy viviendo en un barco varado en la orilla del rio. El Tucumá. Un barco increible que tiene ganas de recorrer los rios. Para llegar a él, de la ciudad, del pueblo, tengo que primera otravesar la isla de la fantasía. Pasar por unos pastizales enormes (que el día descubre como arrozales) llenos de luciernagas. Después de una playa que poco a poco comienz a desaparecer, en la orilla de este río amazonas, esta el barco parqueado. Y ahí, por ahora, estoy yo.
Aunque me falta subir muchísimas fotos y textos, la cámara quiso fallar, así que viajo a bogotá a ser curada. Me hace una falta terrible no poder mirar, no pode rcongelar, no poder atraapor ese instante preciso. Por ahora una de bolsillo me contenta, pero no del todo, un contentillo. Además de un curso de motorista fluvial, tendré mucho tiempo para compartir algode lo que me ha pasado. Vuelvo pronto. Un saludo.
nota: la foto no tiene nada que ver con el barco de leticia, la tomé en el barco de yurimaguas a iquitos, pero ha sido tan bonita estos días que quiero que esté acá.