lunes 23 de junio, 2008
d 172
_San cristobal, isla san cristobal, galápagos, ecuador
En San Cristobal no conocíamos a nadie. Antes de montarnos en la lancha fui a revisar el correo. Alicia, una amiga de Quito me había escrito. Decía "Espero que no sea muy tarde, pero si te sirve, llama a Rocio, una amiga que vive en Cristobal, su teléfono..."
Apenas llegamos la llamé. Le conté por encima quien era. Me dijo como llegar a su casa. Terminamos en una casa increible cinco kilometros monte arriba. Una casa rodeada de naturaleza, flores, frutas. Una casa que les llegó porqueel dueño, un exótico francés que vivía con su geisha había muerto, y su heredero también, y quedó en manos de una amiga del heredero, una señora que no se podía encargar de lla, y le pidió a Roció que lo hiciera. Desde hace algunos años ella vive ahí con su marido y sus cuatro hijos.
Por casualidades de la vida fueron a Galápagos por quince dias hace diez años. Decidieron quedarse otros quince, y así otros quience y otros más. Después de dos meses decidieron no volver.
Rocío. Mujer sabia y generosa. Una madre. Hugo, su marido, es Hugo Idrovo, uno de los músicos más conocidos del país. Dos de sus hijos tienen una banda, Arkabuz, música isleña, bonita, suave, emocional. Los tres mayores están en quito haciendo lo suyo. Así que sólo conocimos al menos, Toto, Tobias. Un adolescente increible. Con ellos cocinamos mucho, paseamos, y tomamos mucho vino. Ah, y oímos mucha música. Tallamos mates. Hablamos de salud. De la historia del Ecuador. De algunos fotográfos. Aprendimos mucho. Nos pidieron que nos quedaramos más tiempo con ellos. ¿Cómo no? Fueron unos días hermosos. Quedó ahí algo para siempre.
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pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en
o en el blog de paul http://hastadonde.top-depart.com/
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