enfermero i

jueves 17 de julio, 2008*

d 204 / k 1965

_loja, loja, ecuador

Llevo una semana de enfermero. En principio me gusta. Tiene dos lados. Por un lado es
terrible, pa qué, pero he sufrido y aguantado mucho.Desde el momento en que ví esa bicicleta derrapar, unos metros delante mio, y el cuerpo inerte de lucía golpearse contra el pavimento, revolcándose con la bicicleta.

Fracción de segundos que a duras penas registré. De ahí en adeltne, se vino todo. Ir
a ella. Ver sangre salir de sus ojos y asustarme, y luego comprobar que era de la
nariz que había bajado a los ojos, ver sangre en su cabeza. Verla delirar un poco,
gritando, sufriendo, sintiendo mucho dolor y susto. El no saber qué hacer. Miedo,
mucho miedo. Pero más tranquilo de lo que habría pensado de ver algo así, con más
sangre fría de la que me conocía.

Después sólo todo pasó, llegó gente, llamaron a los bomberos, a la ambulancia. Yo la
cogía fuerte, la sostenía, al carro, la limpiaba con lo que podía.
Emergencias. Camilla, preguntas. Hospital público. Vi como la cosían. Yo tenía tanta
sangre fría que no sentía ninguna debilidad, a pesar de tener miedo y de sufrir al
ver como la cosían y como estaba de adolorida. Pero ella era la única con derecho a
tener miedo, a sentir dolor. Etsaba angustiada, muy ansiosa. Pero poco a poco se
tranquilizó. Yo tenía que estar totalmente fuerte para contrarrestar sus
sentimientos. Descubrí que tengo más sangre fría de lo que pensaba. También que
definitivamente no me gusta esto de curar, aunque sí debería tomar un curso avanzado
en primeros auxilios, si debería.

Esa noche a las diez nos dijeron a los que estábamos en la clínica que ya debíamso
salir, pero yo pensaba que todos nos quedabamso a dormir ahí, no entendía nada. Eran
cuatro mujeres, una viejit,a una niña y dos jóvenes, cada una con lo suyo y con su
acompañante. Me dejaron quedar al contarles mi situación. Hasta me dieron una de las
camas y una cobija.

Desde entonces mis días han sido ser enfermero. Ya en Loja, en clínica privada con
todas las atenciones, ya se suavizó mi labor y aumentaron las comodidades. teníamos
una suite con baño y tenía mi cama propia. De día tenía que hacer vueltas,conseguirle
cosas, conseguir mi comida, llevarle algún detalle que le alegrara el día, y
atenderla. Es duro sentir la responsabilidad de la salud, de la vida de alguien,
sobretodo lejos de todos los demás, en la mitad de la nada, sobretodo si es alguien
que se quiere.

Pero ahí está el otro lado. Ponerse en sus zapatos y entender su situación. Es un
momento donde uno está desconsolado, donde todo es molestía, donde se necesita
atención todo el tiempo. Y como puedo, brindo todo, doy todo de mí para que esté
bien. Cuando se está enfermo se sufre mucho, así que cuando es el otro, hay que darle
y hacerle lo más pasable posible su momento difícil. Olvidarse de uno, y darse al
otro. Eso es ser enfermero. Y en parte venía preparado, pues le aprendí muchas cosas
de estas a la tía lucía, las aprendí sin darme cuenta, viviendo y compartiendo su
cotidianidad de enfermera. Así van pasando las cosas, una lleva a otra, y así.

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pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en

http://www.flickr.com/photos/cavernicolas/

o en el blog de paul http://hastadonde.top-depart.com/

* del diario