jueves 16 de septiembre, 2010
d.18
__delhi, india
Llegamos a la sede de Hope Project a las cinco, media hora antes de la hora acordada. Nos ofrecieron la sala de espera, pero después de haber caminado unas cuadras, preferimos esperar afuera. Es un barrio medieval, lleno de callejuelas, colores, todo tipo de tiendas y gentes y rostros. Pero lo más fuerte es el cambio de ambiente. Es un barrio de mayoría musulmán, cosa extraña en India y sobretodo en Delhi, pues tras la Independencia, la sangrienta guerra civil que terminó en la división del país (India-Pakistán), por las mayorías Hindú y Musulmana, la comunidad del Islam se convirtió en una minoría. Por los últimos 8 siglos este barrio ha sido un bastión de los seguidores de Alá. Fue punto clave de las comunidad sufi (modern islam) y aún hoy hay muchos. Sin embargo el barrio estuvo inmerso en una terrible crisis humana por la pobreza, el aislamiento de las mujeres, la insalubridad y la discriminación.
En 1980 nació Hope Project, de la mano de un maestro sufi: Pir Vilayat Inayat Khan para ayudar a la gente de la comunidad. Comenzó repartiendo leche. Hoy tienen programa de educación (con un colegio y diversas actividades fuera de la academia), un proyecto de salud, y uno de financiación, microcrédito y emprendimiento. Presta especial apoyo a la gran cantidad de niños de la calle. Está en el corazón del barrio.
Incluso publicaron un libro de cocina con una areconocida autora (charmaine Obrien): Recipes from an urban village.
Organizan caminatas por el barrio. Así que llamé y organicé y fui a caminar con ellos. Pero como llegamos temprano salimos a las callejuelas mientras comenzaba. Como siempre, los niños son fascinantes para entrar en las familias, y las familias, para entrar en las comunidades. Unos niños nos empezaron a coquetear y nosotros a ellos, y de printo estábamos rodeados de niños. Sin darnos cuenta nos llevaron a una cama al aire libre y le pintaron lso brazos a ana con Gena. En Esas comenzó la caminada. Recorrimos, templos, tumbas, santuarios, mercados y callejuelas al atardecer. Acabamos en la dargah de Nizamuddin, un santuario de marmol del siglo 16 donde está el más grande santo sufi: Nizamuddin Auliya. Los jueves está abarrotado de gente que va a orar a pedir, y sobretodo a sublimarse con lso cantos sufis: qawwallahs. Hay gente de todas las religiones, se ve un sincretismo Hindú, musulmán y sufi (y eso que no sé mucho del tema.)
Después nos separamos de la encantadora guía y volvimos a la sede. Reencontramos la familia que vive en una especie de comunidad como la del chavo, entre primos y hermanos. Siguieron pintando a Ana. nos dieron un plato de arroz adulzado con vegetales y te. Era mucha gente alrededor nuestro. los niños encantados haciendo fotos. Después nos invitaron a la casa. Éramos nosotros dos entre una docena de niños y adolescentes enseñándonos a bailar, a jugar, a cantar. Todos chapuceando inglés y entendiéndonos con el idioma universal.
A las nueve pasadas nos despedimos con la promesa de volver.
Volveré.
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todas las fotos © nicolas felipe van hemelryck 2010 (salvo indicando lo contrario)
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todas las fotos © nicolas felipe van hemelryck 2010 (salvo indicando lo contrario)
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