[ bicitácora en eterno borrador ]
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nota: Las entradas no están en orden cronológico, pero cada una tiene fecha: 'd' corresponde al día de viaje, siendo el primero -el día del viaje- el 'd 0'.
sábado, 29 de noviembre de 2008
rio amazonas. misioneros en tiempo real
jueves 4 de septiembre, 2008 *
d 252 / k 3153
_iquitos, loreto, perú
En el barco hacia Iquitos conocí a una de las familias más excéntricas que he tenido como compañía en un viaje. El día del viaje llegamos al barco temprano para asegurar un puesto decente (los límites de la decencia son bien extensos). Subimos al tercer piso y colgamos nuestras hamacas junto a las de una numerosa familia de gringos. Eran diez: un señor y nueve adolescentes, de los cuales cuatro o cinco eran hijos suyos. Lo que aparentemente era un grupo de aventureros resultó siendo una secta misionera. Eran cristianos estadounidenses que habían decidido viajar un año por la pobre y necesitada latinoamérica para ayudarlos con la palabra del señor. Yo fui reticente desde el primer momento, pero Pablo si les siguió la corriente, en parte por curiosidad pero también por divertirse, y salió premiado con una versión de bolsillo del nuevo testamento.
Todo el viaje estuve asombrado por estos adolescentes que leían la biblia con más entusiasmo que que el mío por la fascinante historia del Conselhero de Canudos , sin duda una de las lecturas más apasionantes del viaje. Cada vez que el barco paraba en un caluroso y destartalado poblado nosotros nos bajábamos a tomarnos una cerveza y a contemplar a la tropa de jóvenes repartiendo biblias y volantes sobre la venida del señor. En los largos trayectos por el río recorrían el barco entrevistándose con los desprevenidos viajeros, iniciando siempre la conversación de la misma manera:
-¿conoces la biblia?
En las noches, mientras la exageradamente sobrecargada tripulación intentaba acomodarse y descansar, ellos abrían un círculo a la fuerza y se sentaban a leer la biblia y a cantar himnos religiosos en español, invitando a los curiosos a unir sus voces.
Hubo un momento sublime. La hija menor del “pastor” estaba en su hamaca escuchando una historia que le contaba el único integrante peruano de la secta. Su papá le dijo que por qué no mejor iba a leer la biblia.
-O daddy, after the story.
-No, I think you should leave the story for another moment and go read the bible.
La mirada y entonación rotundas no permitieron que siguiera la discusión.
Lo único bueno de haber conocido a esta familia que había decidido regalarle un año al señor catequizando a la América india (además de la extrañeza y fascinación) fue que gracias a ellos viajamos gratis. Antes de partir intentamos comprar nuestro pasaje tres veces, por temor a perder el viaje dado el sobrecupo del barco, y siempre recibimos tajantemente la misma respuesta:
-Vayan a sus hamacas que más tarde pasamos cobrando.
Al parecer nos confundieron como miembros del extenso grupo, porque nunca pasó nadie pidiéndonos el pasaje.
Todavía hoy, después de tanto tiempo, me impresiona el recuerdo de esos jóvenes obstinados y dogmáticos.
* * *
El recorrido en barco por el Amazonas peruano me permitió conocer el increíble mundo de los israelitas. Al saber de su existencia me extrañó la presencia de comunidades judías en esta región. Prontamente fui corregido por uno de ellos:
-Los israelitas somos el pueblo de Israel, seguidores de la palabra, y no Israelíes, habitantes de Israel .
En el camino por el río van apareciendo poblados doblados; junto a Macedonia, Nueva Macedonia, y así sucesivamente. En las últimas décadas se han reunido muchos colonos provenientes de todo el territorio peruano (de Pucallpa hacía el Pacífico: Chiclayo, Piura, Cuzco, etc.) que se apropian de terrenos inhabitados cerca de poblaciones e instalan granjas autosuficientes. Viven en comunidad de acuerdo a su interpretación de la sagrada palabra de la biblia. Y dicen hacerlo textualmente. Su apariencia es muy llamativa: los hombres se dejan crecer el pelo y la barba naturalmente y las mujeres usan un largo velo que cubre sus cabelleras, generalmente de color azul oscuro, pero en ocasiones vinotinto o celeste, y todos usan ropa recatada. Cuando le pregunté a uno el porqué de sus vestimentas me contestó:
-¿ha leído la biblia?
El raro de la tripulación era yo, y el viaje se tornaba cada vez más interesante, a pesar del pánico que me producen las sectas dogmáticas.
En una población bajé a tomarme mi habitual cerveza helada para el bochorno. Entonces le pregunté a la señora que atendía por los Israelitas.
-Al principio no les permitían venir al pueblo, pero poco a poco han ido viniendo, a vender sus cosas y a comprar lo que necesitan, pero además de eso, no hay interacción.
-Y, ¿cuál es la diferencia entre ellos y ustedes?
-Nosotros somos católicos y ellos son cristianos.
Para mí la diferencia no era del todo evidente, así que insistí.
-¿pero además de eso, todo es igual?
- ellos no toman trago, acá sí, de resto es la misma cosa.
Después me enteré que los israelitas son siempre colonos venidos del interior del país. Los oriundos de la Amazonía han sido convertidos por otras iglesias: evangélicos, cristianos, católicos, adventistas del séptimo día, etc.
Cuando llegué a Leticia supe que los israelitas ya se han extendido a suelo colombiano, y que hay varias poblaciones en el Amazonas conformadas por colonos creyentes venidos de lugares tan lejanos como el Valle del Cauca, Santander y el Magdalena.
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pueden ver fotos acá (lentamente desactualizadas)
o unas muy pocas en el blog de paul
* del diario
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