pedernales
En la carretera vemos muchos animales. Bajando de la sierra al mar vimos tucanes. Hemos visto muchos sapos, y pajaros de todos los colores. Muchos perros que nos persiguen, nos ladran, y nos ayudan a ir más rápido. Lo mejor fue cuando vi un buhó, café, clarito, hermoso, volaba, se volteó, me enfrentó, y siguió. Ese no lo vió Pablo. Pero un día vió una tortuga que yo no. Y lo que más vemos, además de insectos que se meten en la boca, son chulos, por todas partes, la costa está plagada del ave de la muerte, del ave de rapiña.
El ritmo de la bici permite ver muchas cosas en la carretera que no se ven en el carro. Oler muchas cosas (putrefacción cuando hay chulos por ahí). Se siente el calor, la lluvia, el sol. Se oye todo, pues no hay motor, no hay ruido. Se oye a la gente saludar y se saluda de vuelta.
Pero no todo son animales vivos. También se ven muchos muertos. En carro uno no se pilla que hay tantos. Uno casi solo ve los grandes, como los perros. En bici vemso montones de perros, pero tambien muchos sapos, ranas, pajaros e insectos. Ratas de todos los tamaños, incluso una grande que acá llaman guanta. Culebras, un cordero. Todos muertos atropellados.
El animal muerto más extraño que vimos, además del chulo colgado, de la muerte meurta, fue una tortuga. Pero esta fue en el mar. Estabamos surfeando en mompiche y vimos a lo lejos algo que flotaba. Los niños se asustaron y se salieron del mar y nos gritaban que nos salieramos. Poco a poco se acercó. No era un tronco, era un animal, pero no se movía. Las olas sacaron una tortuga grandísima a la playa, muerta, ya inflada. Fue impresionante, hermosa, pero horrible.
En la carretera vemos muchos animales. Bajando de la sierra al mar vimos tucanes. Hemos visto muchos sapos, y pajaros de todos los colores. Muchos perros que nos persiguen, nos ladran, y nos ayudan a ir más rápido. Lo mejor fue cuando vi un buhó, café, clarito, hermoso, volaba, se volteó, me enfrentó, y siguió. Ese no lo vió Pablo. Pero un día vió una tortuga que yo no. Y lo que más vemos, además de insectos que se meten en la boca, son chulos, por todas partes, la costa está plagada del ave de la muerte, del ave de rapiña.
El ritmo de la bici permite ver muchas cosas en la carretera que no se ven en el carro. Oler muchas cosas (putrefacción cuando hay chulos por ahí). Se siente el calor, la lluvia, el sol. Se oye todo, pues no hay motor, no hay ruido. Se oye a la gente saludar y se saluda de vuelta.
Pero no todo son animales vivos. También se ven muchos muertos. En carro uno no se pilla que hay tantos. Uno casi solo ve los grandes, como los perros. En bici vemso montones de perros, pero tambien muchos sapos, ranas, pajaros e insectos. Ratas de todos los tamaños, incluso una grande que acá llaman guanta. Culebras, un cordero. Todos muertos atropellados.
El animal muerto más extraño que vimos, además del chulo colgado, de la muerte meurta, fue una tortuga. Pero esta fue en el mar. Estabamos surfeando en mompiche y vimos a lo lejos algo que flotaba. Los niños se asustaron y se salieron del mar y nos gritaban que nos salieramos. Poco a poco se acercó. No era un tronco, era un animal, pero no se movía. Las olas sacaron una tortuga grandísima a la playa, muerta, ya inflada. Fue impresionante, hermosa, pero horrible.
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