sabado 2 de febrero de 2008 *
d 40 / k 592
_punta galera, esmeraldas, ecuador
Escapando del carnaval cogimos una carretera secundaria que le da la vuelta a una punta poco transitada y llegamos a Galera, un pueblo de pescadores cerca de punta galera. habíamos pensado quedarnos en una playa que nos habían recomendado, Playa Escondida. Pero resultó siendo una reserva turística privada, ecolodge... de una canadiense, y sus precios no se ajustaban a nuestro estilo de viaje. Lindo pero caro. Así que seguimos buscando algo menos turístico.
En Galera conocimos a la esposa de uno de los dueños del pueblo. En el pueblo sólo había dos lugares para comer: un restaurante turístico y el de los pescadores. Claramente fuimos al de los pescadores, donde nos atendió amablemente esta señora. En frente estaba la bodega de pescados y estaban cargando un camión. Estuvimos toda la tarde habalndo con ella y viendo como funcionaba el negocio de los pescados.
En este pueblo todos viven del pescado, el dorado principalmente. Basicamente hay pescadores y dueños de lanchas. El resto vive de actividades que complementan la pesca. Y esta familia, con la que dimos por suerte, maneja el negocio. Hay varios hermanos que tienen lanchas. Contratan pescadores para que salgan al mar, durante toda la noche a pescar, usando el pulpo como carnada. Tiran unos anzuelos largos, que tienen hasta 300 anzuelos gigantes. La comida para altamar se la compran a esta señora, esposa de uno de los dueños de lanchas. Negocio redondo. Cuando vuelven del mar, entregan la pesca en la bodega, de uno de los hermanos. Ahí la guardan hasta que viene el camión de la compañía a llevarse el pescado. El dorado es un pez que alcanza hasta las 40, 50 y 60 libras. Es gigante. Más garnde que yo, auqnue eso no sea mucho decir. Cada lancha trae 10, 20, 30, 40 y hasta 50 quinatles de pescado. Un quintal equivale a cien libras.
Cuando viene el camión, lleno de sacos de hielo, pasan toda la tarde pesando, escogiendo, contando y sumando pescado. Si el pez pesa menos de 12 libras se descarta y queda para el comsumno de los habitantes. El resto lo van pesando de 250 libras en una pesa enorme. Cada vez que llega a las 250, los tiran al camión y les desocupan un saco de hielo encima.
pero la vida de los pescadores no es fácil. A veces, cuando hay tormenta, no se ve la costa y pierden el norte. Los más debuenas vuelven, otros aparecen en otra parte de la costa. Otros, en cambio, duran 3 o 4 dias perdidos, hasta que se les acaba la gasolina. Si alguien no los encuentra y los lleva a la costa, pueden morir. Los más demalas son atracados. A veces por ecuatorianos y a veces por colombianos. Les roban el motor y los dejan ahí, a la deriva.
Esta familia nos prestó una bodega para colgar nuestras hamacas y descansar. Nos dijeron que podíamos estar tranquilos, que a ellos todos los respetan en el pueblo y que al ser sus huespedes nadie se iba a meter con nosotros.
_____________________
pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/
o en el blog de paul (menos pero más actualizadas) http://hastadonde.top-depart.com/
*del diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario