paul le fou

f: caminando sobre el agua /san agustin

jueves, febrero 28 de 2008
d 66 / k 907

Paul. Pablo. El maestro. El abuelo. El bebe. Jesuscristo. Le fou. El jipi. Hay que decir algo sobre él. Es la cuarta vez que viajamos juntos. Hemos estado dos veces en América, dos en Europa y una en África. Compañero de viajes, compañero de vida.

Esta vez teníamos pensaod suramérica. Medio en serio, medio en broma, le dije que fuéramos en bicicleta, sabiendo que iba a decir que no. Dijo que sí. Y me tocó tragarme las palabras. Y ahora.... estoy aquí.

En San Martín de Loba, en la isla de Mompós, lo convirtieron en Jesús y lo llevaron en carroza por todo el pueblo. La noche anterior una chcia del lugar, gorda, mucha más pesada que él, lo sacó a bailar, para tumbarlo, él se defendió, y fue ella la que acabó en el piso.

En las calles de Bueaventura compró un libro para entenderlo todo: Colombia, mi abuelo y yo. Creo que lo ha leído unas tres veces ya.

En San Agustín quise tomar una foto bastante complicada. Se ofreció a ser mi modelo y complice. Nos tocó hacer unas 30 o 40 pruebas de la foto. Cada intento tomaba 30 segundos de exposición, y él tenía que hacer, corriendo como loco, 5 posiciones en 5 lugares distintos, sobre 5 piedras.

En Portete, una playa cerca de mompiche, lo ví caminar sobre el agua, tengo la foto.

En Cayambe conoció a una francesa, y a la señora que la hospedaba, y le dijo "no sabe de alguna familia generosa que quiera compartir con extraños, y nos de posada", y así no más consiguió donde dormir unos días.

En Esmeralda estuvo un día entero jugando una versión de dominó que inventó en pocos segundos, con toda la familia que nos hospedó. Al final les regaló el dominó. La niña, Esmeraldita, quedó enamorada de él.

Ya en Las Peñas había dejado a María del Carmen, de más de cuarenta años y con cuatro hijos, enamorada de él. Decía que quería un hijo ojiazul. Donde va lo quieren, enamora a toda al gente.

En el volcán de Cayambe, muertos de frío y de la aburrición (no habíamos llevado libro para evitar peso y solo teníamos la cámara y un juego de naipes) se inventó un juego absurdo que duró varias horas, lo necesario para hacer pasar el tiempo en medio de una tormenta que nos impedía salir al glaciar.

Todo lo pierde, y lo que no, lo regala. Y después, todo le vuelve a aparecer. Ha tenido ya 4 sombreros en dos meses. Ha regalado 2 y ha perdido otros dos. Ha tenido dos gafas, ya no tiene ningunas.

A pablo nada le hace falta. En lugar de comprar una bici buena para el viaje, se compró una de segunda en la caracas por cien mil pesos (50 usd), así no más, sin pensarlo mucho, y muy bien le ha ido con ella.

No se toma algo sin antes brindar conmigo, (nada, ni agua, ni jugo, ni chicha ni limonada) no se come nada sin antes desear un buen provecho. Y además, disfruta igual que yo el cocinar y comer delicias.

A veces creo que ando solo y es solo un invento de mi soledad, de mi imaginación, porque es mi otro yo, otro que me complementa, me equilibra, me aguanta, me hace ver el otro lado, me prepara un café en silencio cuando me da malgenio... Pero no, es real, lo sé porque trasciende los límites de mi imaginación. A veces siento que estoy con un abuelo sabio, peor el resto, estoy con un hijo y me siento madre protectora. En fin, excelente compañero de viajes, de sueños, de pasado, de presente y de futuro.