A veces me preguntan si tengo una "causa" para hacer este viaje, si me apoya alguna fundación a cambio de llevar su mensaje, alguna religión, secta, culto. No. ¿No? ¿y entonces? Pues aunque si me gustaría hacerlo, no se ha dado aún, y no quisiera forzarlo, como otro compatriota que hace algo parecido aduciendo una causa, que no se ve por ninguna parte. Hay otros que si lo hacen y lo hacen muy bien: hay un gringo que empezó un tour que se llamaba ride for one cause, y que fue tan exitoso que se convirtió en ride for three causes, y con su viaje recolectó 10 veces más de lo que esperaba para tres organizaciones que luchan contra tres horribles enfermedades. Pero a él su vida lo llevó a esto, a mí aún no. Yo nunca tuve contacto o apoyo, o no saqué el tiempo para hacerlo, simplemente se convirtió en mi mejor opción de vida en este momento. En otras palabras, como no tenía nada mejor que hacer (entiéndase, nada más honesto), decidí salir a pedalear.
Primero dejé la astronomía porque, como dice el sabio "hay hombres que miran las estrellas, y hay hombres que miran a los otros hombres". Después me dediqué a la arquitectura para entender la manera como el humano se relaciona con el mundo, con la tierra. Pero la práctica poco tiene que ver con eso. Igualmente, buscando, estuve viviendo en la selva del Putumayo, en Europa y con la comunidad de Bojayá, en el Chocó. Ahora voy recorriendo el mundo, casi que de a pie, compartiendo con otros viajeros y con la gente más humilde, en contacto directo, viviendo el instante.
En el fondo hay dos razones para hacerlo, dos razones que terminan siendo una misma cosa. Por un lado el mundo, la búsqueda de un entendimiento del mundo, de este mundo loco, este planeta (la más increible nave espacial para recorrer el universo) a partir de conocerlo, de recorrerlo, del contacto directo, yendo casi que de a pie.
Por otro lado la vida, mi vida, lucerito sin vela, esta que está pasando, ineludiblemente. Como al mundo, conocerme y entenderme, y hacer algo con mi vida, bala perdida, por la gran vía, charquito de arrabal. Quizá este viaje es una manera de sacarle tiempo a eso a lo que la vida en la ciudad nunca me dejó: escribir, tomar fotos, y cocinar, en primer lugar, y en segundo, el cuerpo, la salud. Y así, decidir en cada momento lo que quiero hacer con mi vida, mi vida, no quiero que te vayas, no quiero que te alejes, cada día más y más. Así que voy pedaleando y avanzando, en el planeta y en la cabeza, y no como los del espinning y bicicleta estática que mucho sufren y poco avanzan. Y así, un día, encontrar, o entender, mi lugar en este loco sistema.
Tengo la tranquilidad que las causas iran apareciendo cada día, pue sel aprendizaje empezó desde que salí.
Primero dejé la astronomía porque, como dice el sabio "hay hombres que miran las estrellas, y hay hombres que miran a los otros hombres". Después me dediqué a la arquitectura para entender la manera como el humano se relaciona con el mundo, con la tierra. Pero la práctica poco tiene que ver con eso. Igualmente, buscando, estuve viviendo en la selva del Putumayo, en Europa y con la comunidad de Bojayá, en el Chocó. Ahora voy recorriendo el mundo, casi que de a pie, compartiendo con otros viajeros y con la gente más humilde, en contacto directo, viviendo el instante.
En el fondo hay dos razones para hacerlo, dos razones que terminan siendo una misma cosa. Por un lado el mundo, la búsqueda de un entendimiento del mundo, de este mundo loco, este planeta (la más increible nave espacial para recorrer el universo) a partir de conocerlo, de recorrerlo, del contacto directo, yendo casi que de a pie.
Por otro lado la vida, mi vida, lucerito sin vela, esta que está pasando, ineludiblemente. Como al mundo, conocerme y entenderme, y hacer algo con mi vida, bala perdida, por la gran vía, charquito de arrabal. Quizá este viaje es una manera de sacarle tiempo a eso a lo que la vida en la ciudad nunca me dejó: escribir, tomar fotos, y cocinar, en primer lugar, y en segundo, el cuerpo, la salud. Y así, decidir en cada momento lo que quiero hacer con mi vida, mi vida, no quiero que te vayas, no quiero que te alejes, cada día más y más. Así que voy pedaleando y avanzando, en el planeta y en la cabeza, y no como los del espinning y bicicleta estática que mucho sufren y poco avanzan. Y así, un día, encontrar, o entender, mi lugar en este loco sistema.
Tengo la tranquilidad que las causas iran apareciendo cada día, pue sel aprendizaje empezó desde que salí.
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