[ bicitácora en eterno borrador ]
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nota: Las entradas no están en orden cronológico, pero cada una tiene fecha: 'd' corresponde al día de viaje, siendo el primero -el día del viaje- el 'd 0'.
miércoles, 5 de marzo de 2008
invasión
A medida que pasa el tiempo perfeccionamos el hecho de conseguir donde dormir. Aunque a primera vista parece una invasión, la verdad es que compartimos con los que nos apoyan. Normalmente, cuando es posible, tratamos de cocinarles, como manera de agradecerles. Emepzamos invadiendo casas de familias, después el cuartel de la policia antinarcóticos, kioskos en la playa, restaurantes, hostales. Ya no hay límite. Además, es como un ataque ninja: en segundos montamos y desmontamos nuestro camapmento, nuestra casa temporal, móvil, efímera. De cualquier techo hacemos una casa y de cualquier chorro una ducha. Un día, camino a Mompiche, llevábamos varios días sin agua dulce. Paramos a tomarnos un jugo en un caserío, El Salto, y cayó un aguacero. Pablo no dudó en sacar su champú y meterse debajo de una canal en el centro del lugar a lavarse el pelo que se acababa de desenredar, después de un mes largo de enredos gracias a unas trensitas de Buenaventura. Después me metí yo con jabón. Me gritaban "lávate bien el culo". Ven y me lo lavas... Y se oían risas escondidas a lo lejos. Al final, nos vamos sin dejar rastro, apenas un sabor en la boca del recuerdo.
Normalmente la gente que nos ayuda es humilde. A los ricos les queda muy fácil decir que no. Tienen mucho que perder, tienen miedo, y no tienen necesidad de ayudar. En cambio los otros siempre dicen "que tal un día un hijo mio por allá, ojalá alguien también lo ayude". Es una manera totalmente distinta de pensar. Este viaje nos a permitido estar más cerca de la gente humilde, trabajadora y conocer su manera de pensar, aprender de su generosidad. Agradecder cuando ofrecen una ducha con totuma diciéndo "hoy sí hay agua". Esto también hace que el viaje sea radicalemtne distinto, no solo a la gente de bus, sino a la de hostal. Se conoce otro tipo de gente, se vive a otro ritmo, a otras horas. Se conoce a la gente del lugar, no a los qu eestán de paso, de vacaciones. Y claro, es más barato. La gente, al verlo a uno llegar en bici, deja de lado muchas barreras y lo invita, comparte. Nos han regalado bananos en la carretera, pescado llegando a un pueblo al anochecer, vino por la mañana en el mercado...
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pueden ver fotos (lentamente desactualizadas) en http://www.flickr.com/photos/66468173@N00/
o en el blog de paul (menos pero más actualizadas) http://hastadonde.top-depart.com/
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